Manginas españoles contra Mgtow

La filosofía Mgtow surgió en la manosfera anglosajona a comienzos de la década de 2000, como escisión al movimiento de los MRA (Men Rigths Activists). A diferencia del feminismo, Mgtow no promueve manifestaciones ni performances públicos; tampoco hace parte de un movimiento político al que pague tributo. 

El principal objetivo de Mgtow es darle al hombre control sobre su vida y su libertad, tomando distancia prudente de las mujeres, y, en lo posible, evitar establecer relaciones a corto o largo plazo con ellas.

Casi al mismo tiempo en que surgía el Mgtow en los Estados Unidos, en España, el gobierno de José Luís Rodríguez Zapatero aprobaba la Ley Integral de Violencia de Género, cuyo lema principal es: «se trata de una violencia que se dirige sobre las mujeres por el hecho mismo de serlo, por ser consideradas, por sus agresores, carentes de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión».

Dentro del corpus de dicha ley, el hombre asume el papel de ciudadano de segunda clase, de paria social: toma el papel del villano de las películas, del verdugo, del opresor, del monstruo que pretende destruir a la mujer, conjurando siempre una trama en su contra. 

El crecimiento del movimiento feminista en los países europeos, ha hecho que dicha legislación se endurezca, dándole el rol de informante plenipotenciario a cualquier mujer, que de esta manera, está en total libertad de hacer falsas denuncias contra su pareja, o incluso, contra un desconocido. Totalitarismo político burocrático puro y duro.

Aunque para cualquier ciudadano español, dicho fenómeno social va en detrimento de sus derechos políticos de facto, muchos de ellos, principalmente youtubers prosélitos del progresismo feminista totalitario, toman partido por sus opresores, es decir: el estado feminista español alcahueteado por la corona de Felipe VI.  Sin embargo, estos hombres sostienen de buen agrado dichas políticas, pagando cabalmente sus tributos al erario público.

Pero esto no es nada extraño, puesto a lo largo de la historia los traidores han surgido, surgen, y surgirán, debajo de las piedras. Los Judas reencarnan, y cada época tiene conspicuos especímenes que representan tan despreciable comportamiento. 

Tal como enseña la la historia, los traidores, en este caso a su propio género, serán repudiados por las generaciones venideras, que habrán de escupir en sus tumbas.