Joseph Goebbels, ministro de propaganda del Reich.
“Una mentira repetida mil veces, se
convierte en una verdad”. Esta frase, inmortalizada por Joseph Goebbels,
ministro de propaganda del Reich, se aplica perfectamente a los ataques
recibidos por los pseudopuas (Pick Up Artists) contra los miembros de la
filosofía Mgtow. Desde que las redes sociales especializadas en videos, como YouTube,
empezaron a tener más audiencia, algunos de estos nefandos personajes, que son
unos completos desconocidos, han empezado a enfilar sus ataques contra los
hombres libres, seguidores del Mgtow. Y es que detrás de este aparentemente inocuo
ejercicio de ligar que hacen los puas, se esconde una industria. Las llamadas
tácticas de seducción, tienen su audiencia principal, sobre todo entre los
hombres sin autoestima, y por supuesto, poca experiencia con las mujeres.
El crecimiento de la filosofía
Mgtow, ha llevado a algunos individuos, que evidentemente han fracasado en su
intento de conseguir dinero por medio de la supuesta “ciencia de la seducción”,
a lanzar ataques arteros y sin fundamento contra los creadores de contenido de
los principales canales Mgtow en YouTube. Su argumento tiene que ver con que somos “cobardes”
y no mostramos la cara. Dicho libelo cae, de facto, por el propio peso de su
absurdidad: ¿acaso es preciso revelar la identidad para argumentar verazmente?
Es un razonamiento tan absurdo como la negación de las leyes biológicas que
rigen la conducta humana, tales como la poligamia o la hipergamia femenina, uno
de los principales pilares de la filosofía Mgtow.
Por otra parte, vistas las
condiciones de incitación a la violencia por parte de movimientos políticos progresistas
como el feminismo, ideología de género, lobby LGTBI, entre otras aberrantes
ideologías que sí pretenden adoctrinar por medio de leyes, las falacias difundidas
contra Mgtow son por lo menos peligrosas. De este modo, un Mgtow que revelase
su identidad en un país mangina, como sucede en la mayoría de América Latina, ¿no
quedaría expuesto a cualquier tipo de agresión por parte de los integrantes de
estos movimientos facistoides de izquierda, así como por la legión de
manginoides, caballeros blancos, pagafantas y por supuesto, puas?
Una de los principios fundamentales
de la dialéctica es la coherencia argumentativa. Sin embargo, en este caso, cuando
patéticos personajes que son poco menos que ceros a la izquierda, desconocidos
en la supuesta comunidad de seducción Hispanoamericana, por no decir en la
anglosajona, atacan una filosofía como Mgtow —descentralizada, individual, que
prescinde del activismo— carente del poder político otorgado por los estados del
lobby femibolche y progresista, es por un lado, una falacia argumentativa por
la condición ontológica que constituye declararse simpatizante Mgtow, además de
una traición al propio género masculino en pos de unos cuantas monedas de plata
o un plato de lentejas. Pero el sentido del ridículo parece no tener límites
para muchos individuos.
Pese a los ataques
intrascendentes por parte de un puñado de sujetos que carecen de fundamentación
para sostener sus cantinflescos argumentos, la filosofía Mgtow se fortalece
porque no intenta persuadir, ni se impone por la fuerza, ni mucho menos por la
violencia. La dialéctica verbal permite diferentes variantes para comunicar una
idea, sea recurriendo al oxímoron, la hipérbole, las expresiones populares,
vulgares, etc. Aquellos que ignoran la fuerza del lenguaje para comunicar
ideas, están condenados a vivir en la noria de la estulticia, convencidos de
sus falacias y haciendo girar la rueda de la insensatez durante toda su vida. Su
fracaso consiste en su incapacidad de comunicar sus ideas. Pero para estos
hombres manginas, pagafantas, caballeros blancos y puas, que se niegan a ver la
realidad del estado de las cosas, siempre quedará un camino al final del túnel:
la filosofía Mgtow.
Comentarios
Publicar un comentario